Tragedias & Periodistas

The Spanish-language version of the Dart Center's 40-page guide to help journalists, photojournalists and editors report on violence while protecting both victims and themselves.

11 de septiembre 2001.

19 de abril 1995.

Todo mundo sabe lo que sucedió en estas dos importantes fechas. Pero tal vez usted recuerde también otras tragedias: El día en el que una tormenta mató a alguien en el área en que usted vive; el día en el que incendio mató a unos niños inocentes; el día en el que alguien asesinó a una persona que usted conoce.

Los reporteros, editores, periodistas y equipos de noticias estan involucrados en la cobertura de muchas tragedias en el transcurso de sus vidas; desde guerras, ataques terroristas y accidentes de aviación, hasta desastres naturales, incendios y asesinatos. Todas éstas teniendo víctimas, y afectando a varias comunidades, y creando memorias que perdurarán toda la vida.

Los acontecimientos sucedidos el 19 de abril de 1995 y el 11 de septiembre del 2001 están, lentamente, cambiando la cultura en la salas de redacción. Sin embargo para realizar una cobertura eficaz de tragedias de gran magnitud, los periodistas deben considerar tres áreas importantes:

Las víctimas. Sus muertes o lesiones crean un profundo efecto de dolor.

Después de los hechos ocurridos en Oklahoma City, Ed Kelley, el editor principal del periódico The Oklahoman durante esa época, dijo a su equipo que esta tragedia era en primer lugar, una historia a cerca de la gente.

“La mayoría de la gente que murió eran como nosotros”, el escribió en un memorandum dirigido a la sala de redacción. “Vivían vidas decentes y productivas. Los niños que murieron como consecuencia del ataque tenían el potencial de vivir estas vidas también”.

La comunidad. La manera en la que los periodistas cubren el evento probablemente tendrá un efecto en cómo reaccione la comunidad.

Chris Peck, presidente del Associated Press Managing Editors, dijo durante la convencion de APME el 11 de octubre del 2001 en Milwaukee:

“Nuestros periódicos, ayudaron a esta nación a entender lo que había sucedido en Nueva York y Washington, D.C. Nuestros periódicos sirvieron de centro común donde los ciudadanos vinieron a enterarse de la tragedia y a compartir sus preocupaciones, compasión y capacidad para hacer frente a lo sucedido”.

Peck, editor del Spokesman Review en Spokane, Washington, añadió. “Nuestras páginas continúan uniendo a las comunidades. Nuestros reporteros, fotógrafos y editores poseen la única y valiosa capacidad que ha ayudado a una nación a comprender y considerar situaciones complejas y políticas públicas”.

Los periodistas. Nadie está a salvo de tener una reacción humana.

Los periodistas se enfrentan a retos insólitos cuando cubren tragedias masivas o violentas. Éstos interactuan con víctimas que están experimentando un extrarordinario dolor. Los periodistas que cubren historias trágicas, en muchas ocasiones necesitan construir una pared que separe sus emociones personales de aquéllas de los sobrevivientes y otros testigos que entrevisten. Sin embargo, despúes de hablar con la gente que ha sufrido grandes pérdidas personales, ésta misma pared puede dificultar la necesidad que tienen los periodistas de reaccionar al hecho de estar expuesto a la tragedia.

Al Tompkins del Poynter Institute for Media Studies escribió en Poynter.org el 15 de septiembre del 2001 lo siguiente:

“Los reporteros, fotógrafos, ingenieros, equipo de sonido y productores muchas veces trabajan hombro con hombro con los miembros de los equipos de emergencia. Los síntomas de estrés traumático que los periodistas muestran son extraordinariamente similares a los mostrados por oficiales de policía y bomberos que trabajan en período inmediato posterior a la tragedia, sin embargo, los periodistas reciben poco apoyo emocional despés de haber mandado sus historias. Mientras a los trabajadores de seguridad pública se les ofrece sesiones informativas y orientación despúes de la tragedia, a los periodistas se les asigna la cobertura de otra historia”.

En el futuro, sabemos que tendremos que enfrentarnos a muchas otras tragedias — más fechas que dejarán en las víctimas, comunidades y en nosotros mismos, huellas y memorias difíciles de borrar.

Los consejos prácticos que este folleto ofrece pueden ayudarle a enfrentar los retos en éstas importantes áreas de una manera más eficaz.


1. Al Entrevistar

Consejos para entrevistar a las víctimas:

1. En todo momento trate a las víctimas con dignidad y respeto — de la misma manera en que le gustaría ser tratado si usted se encontrara en la misma situación. Los periodistas siempre buscan la oportunidad de acercase a los sobrevivientes de la tragedia, sin embargo, deben hacerlo con sensibilidad y reconociendo el momento y la manera más apropiada.

2. Identifíquese claramente en el momento de la entrevista: “Yo soy Joe Hight del The Oklahoman y estoy realizando un reportaje sobre la vida de Jessica”. No se sorprenda si la primera reacción que reciba es dura, especialmente por parte de los padres de los niños que fueron víctimas de la tragedia. Si ésta situación ocurre nunca responda reaccionando con dureza.

3. Puede decir que siente mucho la pérdida de la persona, pero nunca diga “Yo le comprendo” o “Yo sé cómo se siente”. No le sorprenda si la persona a la cual está entrevistando responde a su comentario diciendo, “Lo siento no es suficiente”. Este tipo de respuestas son más evidentes en la cobertura de actos de violencia política. Manténgase respetuoso en todo momento.

4. Nunca abrume a la persona que está entrevistando; haga preguntas con tacto al principio de la entrevista. Comience con preguntas como, “¿Puede decirme algo a cerca de la vida de Juan?” o, “¿Cuáles eran las actividades preferidas de Juan? ¿Cuáles eran sus pasatiempos favoritos?” Después escuche con detenimiento! El peor error que un reportero puede cometer es hablar en demasía.

5. Sea especialmente cuidadoso cuando entreviste a los familiares de alguien que esté desaparecido, e intente clarificar que su intención es desarrollar un perfil de las vidas de las personas, y no la de escribir sus obituarios. Si no le es posible contactar a la víctima o sobreviviente, intente llamar a un pariente de la persona o a la casa funeraria para pedir una entrevista u obtener comentarios. Si recibe una reacción negativa por parte de la persona que está intentando contactar deje su número de teléfono o una tarjeta de presentación y explique que el sobreviviente puede llamarle si decide hablar con usted. Esta estrategia, en muchas ocasiones, lleva a mejores historias.


2. Al Escribir la Historia

Consejos para escribir sobre las víctimas:

1. Enfóquese en la vida de la persona. Encuentre aquello que la hace especial: su personalidad, sus creencias, su ambiente (alrededores, pasatiempos, familia y amigos), y sus gustos y aversiones. Trate la vida de la persona con el mismo cuidado como con el que un fotógrafo tiene al montar un retrato.

2. Siempre reporte con veracidad. Consulte con la víctima o su representante para verificar que los nombres esten correctamente escritos, y los hechos y las citas debidamente detalladas. La razón: Cuando hable con la víctima por primera vez, él o ella tal vez se encuentre distraído o aturdido por los acontecimientos. Al revisar por segunda vez su información asegure la veracidad de la historia. También puede proveerle con información adicional y citas que pueda usar.

3. Use detalles pertinentes que le ayuden a describir las vidas de las vícitimas o que le dé una imagen cercana. Por ejemplo: “A Juan le encantaba tocar la guitarra por las tardes para entretener a su familia, pero también le ayudaba a escaparse del estrés que su trabajo de jefe de policía generaba”.

4. Evite usar detalles sangrientos o escabrosos a cerca de la muerte de la víctima que sean inecesarios. Despúes del bombardeo del edificio en la ciudad de Oklahoma, algunos reporteros decidieron no rebelar el hecho de que algunas partes humanas fueron encontradas en los árboles cercanos al edificio federal. Pregúntese usted mismo si las imágenes son pertinetes para la historia o provocaran un daño inecesario a algunos lectores o miembros de la audiencia televisiva.

También, elimine palabras y términos como “descanse en paz” o “una comunidad sacudida por la tragedia llora la muerte de”. Use palabras simples y claras como los buenos escritores incluyen en cualquier historia.

5. Utilice citas y anécdotas que los parientes y amigos de la víctima cuentan cuando describen la vida de la persona. Especialmente aquéllas que describen la forma en que la persona superó algunos obstáculos en su vida. Pida fotografías de la víctima que sean recientes (pero devuélvalas lo antes posible). De esta manera, usted conoce cómo era la persona en vida.


3. Su Communidad

Consejos para la cobertura de eventos traumáticos en su comunidad:

1. Tenga presente el hecho de que la cobertura de un evento traumático tendrá un impacto en sus lectores, audiencia u oyentes de radio. Recuerde que el tono que decida usar en la cobertura puede influir el tono de la reacción al acontecimiento en la comunidad. Por lo tanto, intente establecer ciertos alineamientos que afecten su cobertura: Por ejemplo, considere cubrir los servicios conmemorativos de la muerte de las vícitmas que sean públicos, en vez de cubrir funerales privados. Y, si usted decide cubrir funerales privados, llame a la casa funeraria para asegurarse de que su presencia no causará ninguna molestia.

2. Escriba historias a cerca de la vida de las víctimas y el efecto que su vidas tuvieron en la comunidad. Èstas suelen ser historias breves sobre las víctimas, sus pasatiempos favoritos, aquello que los hacia especial como persona y el efecto que su muerte genera en la comunidad. En muchas ocasiones, los familiares de las víctimas desean hablar con los reporteros cuando saben que éstos tienen la intención de escribir este tipo de reportaje. En 1995 después del bombardeo de la ciudad de Oklahoma, el periódico The Oklahoman llamó a este tipo de historias “Perfiles de una Vida”. Este mismo periódico también escribio “Perfiles de una Vida” después de que el tornado de magnitud record F5 azotara en mayo del 1999 matando a 44 personas, asi como del accidente de aviación en enero del 2000 que mató a 10 miembros del equipo de basketball de la Universidad Estatal de Oklahoma. Después de los ataques del 11 de septiembre al World Trade Center, el New York Times llamó este tipo de historias breves a cerca de las víctimas: “Retratos de Dolor”. El periódico Asbury Park se refirió a estas historias como “En Homenaje”. Estas historias breves pueden ser publicadas diariamente en un formato similar hasta que todas las víctimas de las tragedia hayan sido incluídas. Éstas, a su vez, pueden en algunas ocasiones llevar a historias más grandes.

3. Facilite foros en donde la gente pueda expresar lo que piensa, particularmente cuando desean expresar palabras de aliento y apoyo. Ofrezca listas de distintas maneras en las cuales las personas puedan ayudar y ser ayudadas. Frank M. Ochberg, M.D., presidente emérito del comité ejecutivo del Dart Center for Journalism & Trauma, dice que “Los periodistas y terapeutas enfrentan retos similares en el momento que se dan cuenta que sus sujetos están todavía en riesgo. Las técnicas usadas tanto por los periodistas como los terapeutas son distintas pero los objectivos son los mismos: informar al público a cerca de los recursos que pueden ser de ayuda.”

4. Encuentre distintas formas en las cuales la gente esté ayudando, incluyendo actos de bondad, y reporte sobre estas historias durante todo el proceso. Este tipo de historias pueden dar esperanza a la comunidad.

5. De manera constante, pregúntese usted mismo: ¿Qué es lo que el público necesita saber y qué cantidad de cobertura puede cumplir este objetivo? ¿Hasta qué punto un medio de comunicación se encapricha con una historia que no es de interés público? Una comunidad refleja mucho más que una historia acerca de un asesinato masivo o un desastre. La cobertura debe reflejar esto.


4. El Periodista

Consejos para tener un mejor cuidado de sí mismo:

1. Conozca sus límites. Si le ha sido asignado un reportaje problemático con el cual no se sienta cómodo, educadamente comparta sus preocupaciones con su supervisor. Explíquele a éste que tal vez usted no sea la persona más apropiada para esta asignación.

2. Intente tomar descansos. Unos minutos o algunas horas lejos del lugar puede ayudarle a liberar su estrés.

3. Encuentre alguien con quien pueda compartir este tipo de experiencias, una persona que le preste atención y sea sensible. Puede ser un editor o un colega, pero lo más importante es encontrar a alguien en quien usted confie y no emita juicios de valor sobre usted. Tal vez ese alguien pueda ser una persona que ha pasado por situaciones similares.

4. Aprenda a manejar su estrés. Busque un pasatiempo, haga ejercicio, visite una casa de meditación o, tal vez más importante, pase tiempo con su familia, pareja y amigos. Practique secciones de respiración profunda. El Eastern Connecticut Health Network recomienda que “tome un respiro largo y despacio contando hasta cinco, y después lo exhale lentamente contando hasta cinco. Imagine que está exhalando el exceso de estrés y tensión y está inhalando relajamiento y descanso”. Este tipo de actividades puede ser efectivas para su bienestar mental y físico.

5. Entienda que sus problemas pueden convertirse en algo serio. Un poco antes de su muerte en abril de 1945, el corresponsal de guerra Ernie Pyle escribió, “He estado sumergido en esto por mucho tiempo. Mi espíritu está tembloroso y mi mente confusa. El daño se ha convertido en algo demasiado grande”. Si esto le sucede intente buscar consejo de un profesional.


5. El Lado Visual

Consejos para reporteros gráficos que cubren tragedias:

1. Entienda que tal vez usted sea el primero en llegar al lugar de los hechos. Tal vez enfrente situationes peligrosas y reacciones violentas por parte de la fuerza policial o del mismo público. Mantenga la calma y la concentración durante todo el proceso de cobertura. Tenga presente que una cámara no le va a prevenir de una lesión. Si la situación se torna muy peligrosa no dude en abandonar la escena. Cualquier supervisor o editor debe entender que la vida de una persona es mucho más importante que una fotografía.

2. Trate a cada una de las víctimas de una tragedia con dignidad y respeto. No reaccione con dureza. Identifíquese cortésmente con la persona antes de pedirle información.

3. Usted puede registrar muchas imágenes sangrientas durante una tragedia. Pregúntese si éstas son lo suficientemente importantes históricamente o demasiado gráficas para sus lectores o audiencia.

4. Haga todo lo posible para no violar el sufrimiento de cada persona. Esto no significa que usted no tome fotografias de emociones en los lugares públicos. Sin embargo no se entrometa en la propiedad privada o perturbe a las víctimas durante el proceso de sufrimiento.

5. Piense que usted es un ser humano que debe cuidar su estado mental. Admita sus emociones. Comunique de lo que ha sido testigo a un colega, amigo o cónyuge. Escriba a cerca del acontecimiento. Reemplaze imágenes horribles por imágenes positivas. Establezca una rutina diaria de hábitos saludables. La Doctora Elana Newman, sicóloga clínica que condujo una encuesta de 800 reporteros gráficos dijo en la convención en la Asociación Nacional de Fotógrafos de Prensa: “El presenciar muerte y lesiones produce un desgaste que incrementa con la frecuencia con que se produce el observar este tipo de imágenes. Conforme más encomiendas de este tipo los reporteros gráficos tomen, es más factible que sufran secuelas sicológicas”. Si sus problemas llegan a ser serios no dude en pedir ayuda profesional.


6. Dirección

Consejos para aquellos que dirijen equipos que cubren eventos traumáticos:

1. Recuerde:

· Cualquier miembro de su sala de redacciones puede reaccionar de una manera distinta ante una situacion traumática. A algunos les puede afectar inmediatamente, mientras que para otros la reacción puede tomar días, semanas, meses y aun años. Aquellos que aparentan no haber sido afectados puedan ser los que más resientan el efecto de la experiencia. Otros pueden haber desarrollado formas de protección que les permitan contender con la tragedia y sufrir efectos mínimos.

· Los problemas personales pueden exacerbar la reacción del individuo. Por ejemplo una persona que se esta divorciando puede ser afectada más que otra.

· Algunos miembros del grupo podrían mostrar algunos signos cuando han sido afectados de forma particular: fatiga, irritabilidad y exhabruptos son los tres más comunes. Ya sea que ocurran dentro o fuera de la sala de redacción. Recomiende al supervisor y a los otros reporteros que los escuchen y apoyen.

2. Designe a una persona para que esté pendiente del bienestar de los miembros del grupo y tenga la capacidad de hacer recomendaciones sobre los posibles problemas. Después del 11 de septiembre del 2001 dos miembros internos fueron designados como ombudsmen por el Aubury Park Press en Nueva Jersey. Elaine Silvestrini, una periodista designada con este proposito, en colaboración con Carol Gorga Williams pugnaron por una cobertura responsable y una atención apropiada para los miembros del personal: “Nosotros asistimos a reuniones de noticias, ayudamos a obtener respuestas a las preguntas, identificamos a personas que estaban agobiadas y nos encargamos de que otros fueran rotados para que los sustituyeran. También hablamos con algunas personas despúes de que nos habían advertido que tenían problemas.”

3. Ofrezca orientación individual. También, planee reuniones generales para explicar a los miembros de su equipo los recursos, el tono de la cobertura, y lo que pueden hacer para ayudarse a sí mismos y a sus colegas. Nunca espere que los miembros de su equipo revelen detalles íntimos durante estas juntas.

4. Distribuya correos electrónicos y memoranda que ofrezcan palabras de apoyo; reconocimiento de que su trabajo está teniendo un impacto en la comunidad; consejos para aliviar el estrés; y cartas que los lectores escriben comentando a cerca de la cobertura. Algunos ejemplos después del 11 de septiembre incluyen memos de William E. Schmidt, editor asociado del New York Times, y los siguientes extractos del memo escrito por Henry Freeman, editor de The Journal News en White Plains, N.Y.:

“Nosotros cubriremos las noticias, y continuaremos desempeñando nuestras obligaciones con los estándares periodísticos más altos. Nuestros lectores nos necesitan hoy más que nunca. Lo que hagamos día a día es muy importante, especialmente ahora”.

“Pero también es muy importante que se cuiden a si mismos y entre ustedes”.

“Gracias por darme el privilegio y honor de ser su editor”.

5. Estimule a su equipo para que se animen entre sí. Coloque notas en un tablón de anuncios e inclúyalos en memoranda y correos electrónicos.


7. El Primero en Llegar a la Escena

Mike Hagen, director de HazMat, confirma una realidad del siglo veintiuno: La policía, bomberos — y ahora los periodistas — son los primeros en responder a un ataque terrorista.

El Jefe de Policía de la ciudad de Los Angeles dijo en una conferencia en junio del 2003 que: “ El terrorismo en territorio nacional: Manual para periodistas que cubren primera línea”. En muchas ocasiones los periodistas llegan a la escena antes o inmediatamente después de la policía y los bomberos.

Para cualquier periodista o fotógrafo con experiencia el llegar primero a la escena de un ataque violento no es algo nuevo. Sin embargo, hoy en día la amenaza de un ataque terrorista es más inminente en nuestra sociedad y los periodistas y supervisores deben considerar cuestiones éticas y de seguridad.

El Dr. Frank Ochberg dijo que: “Oficiales de policía, bomberos y paramédicos están equipados y entrenados para enfrentarse a situaciones de emergencia. Cuando los periodistas son los primeros en llegar a la escena se enfrentan a decisiones difíciles y peligros físicosy emocionales.”

Entre las cuestiones éticas a las que se enfrentan los periodistas están el ayudar a los heridos o evacuar gente antes de que los trabajadores de rescate lleguen a la escena. Por otro lado, si el periodista se concentra en hacer su trabajo sin extender una mano a las víctimas,el público puede considerar esta acción moralmente inapropiada.

Además de la cuestión moral de ayudar a las víctimas, los reporteros y fotógrafos deben considerar los peligros que existen al cubrir un ataque violento.

Ejemplos de estos riesgos:

· El perpetrador se encuentra todavía en el área.

· Existe la amenaza de que la violencia continúe o que el área cercana no sea segura (estén cayendo escombros).

· El área está contaminada en el caso de un accidente o ataque biológico.

Durante una conferencia de la UNESCO en Jamaica, Rodney Pinder, director del Instituto de Seguridad para Noticias Internacionales (International News Safety Institute), dijo que los periodistas deben considerar seriamente la opción de tomar cursos de entrenamiento para protegerse tanto de daños físicos como sicológicos.

Y añadió: “Muchos periodistas se comportan como vaqueros, poniendo en riesgo a sus asociados y a ellos mismos”.

Los supervisores deben plantearsela responsabilidad de mandar a reporters y fotógragos, especialmente jóvenes y sin experiencia, a situaciones potencialmente peligrosas. Éstos deben buscar formas de proteger a sus periodistas y aconsejarlos con medidas apropiadas de seguridad.

Los periódicos Newsday y el Washington Post han comprado equipos de seguridad para proteger a reporteros y fotógragos que cubren situaciones peligrosas, según un reportaje escrito en el Newsday por James T. Madore en marzo del 2003. Además, muchos periodistas que asistieron a la conferencia de “Homeland Terrorism”, patrocinada por el Western Knight Center y el Dart Center en la Universidad del Sur deCalifornia, dijeron haber recibido entrenamiento especial de seguridad.

El vicepresidente de redacción de la división de publicación del Tribune Co., Howard A. Tyner, dijo a Madore que sus periódicos no obligaríana ningún periodista a cubrir eventos peligrosos, y, si ellos decidieran cubrir el reportaje, se les aconsejaría que adoptaran medidas de seguridad.

“Recuerde que ningún reportaje es más valioso que la vida del reportero y un reportero muerto no podrá cubrir ningún otro reportaje” dijo Tyner.

Finalmente, y tal vez más importante, es el hecho de que los periodistas y sus supervisores deben ser conscientes de los efectos sicológicos que la cobertura de éstos sucesos puede provocar. La orientación profesional tal vez sea un valioso mecanismo para disminuir el posible daño emocional causado alser los primeros en llegar a la escena.

El Jefe de policía Hagen dice que los periodistas de hoy en día deben tener presente el hecho de que ser los primeros en responder a un ataque violento o terrorista conlleva un riesgo significativo tanto físico como sicológico.


8. Trastorno de Estrés Post-Tráumatico

Chantal McLaughlin escribió el siguiente párrafo en un caso de estudio publicado en línea por el Columbia University Graduate School of Journalism:

“El American Psychiatric Association caracterizó algunos de los síntomas del PTSD como: recolecciones indeseadas del evento al menso después de un mes de haber sucedido, adormecimiento emocional, aislamiento de gente y lugares que le hacen recordar el evento. Otro síntoma común es sobrexcitación, que puede incluir irritabilidad, inquietud, bajo nivel de concentración, problemas para dormir y sentimiento de falta de seguridad. Los sobrevivientes de traumas en varias ocasiones llegan a sufrir depresiones y tienen problemas en sus relaciones laborales y familiares. La gente que sufre de este trastorno no entiende cuál es la causa de sus síntomas y tal vez nunca sea diagnosticado con él, sufriendo en silencio, tal vez por muchos años”.

El estrés es una reacción normal a la exposición extrema y prolongada a la violencia y otras tragedias humanas. Una situacion exepcional sucede con los periodistas que se consideran inmunes a este tipo de eventos. La violencia y las emociones posteriores que ésta causa, afecta a todas las personas que son los primeros en llegar a la escena, incluyendo a los policías, bomberos y paramédicos, así como a los periodistas.

Los reporteros, al igual que los policías y equipos de emergencia, se sienten cómodos compartiendo con sus colegas las experiencias por las que pasan durante la cobertura de eventos trágicos. Un café o un bar pueden ser lugares muy apropiados para reunirse con los colegas y compartir las emociones de su trabajo. Sin embargo éstas sesiones informativas requieren de una actitud honesta por parte de los periodistas y no de demostraciones de valentía. El antropólogo Mark Pedelty, autor del libro “War Stories: The Culture of Foreign Correspondents” dice que existe una cultura machista que es parte integral de la pesonalidad de los periodistas.

El hecho de reconocer la necesidad de compartir experiencias emocionales en el período posterior a una masacre en una escuela o a los ataques al World Trade Center, no es una señal de debilidad como muchos periodistas piensan. Por el contrario, compartir con los colegas este tipo de emociones promueve fortaleza. El simple acto de articular o asimilar eventos de este tipo — pintando, escribiendo, hablando o llorando — parece influir la manera en que la memoria traumática se almacena en el cerebro. Los niños que sobrevivieron la violencia en Guatemala o Bosnia comenzaron su etapa de recuperación dibujando o coloreando imágenes de los ataques. Es de especial ayuda cuando el acto de articulación está acompañado con la oportunidad de compartir el sufrimiento por el que se está pasando porque esto sirve de válvula de escape para poder liberar las emociones asociadas con el evento y ayuda al autor a recordar éste en el futuro con menos pena o dolor.

Los periodistas en varias ocasiones logran esto escribiendo un reportaje “pero existen ciertos detalles que no se pueden poner en papel porque son muy gráficos o estan fuera de lugar”, dice Penny Owen escritor en el periódico The Oklahoman. “Lo que yo necesitaba realmente después del ataque en Oklahoma City era pasar tiempo con otros colegas periodistas para hablar de lo que había sucedido”. Pero, ésta añadió, “cuando tuvimos la oportunidad de sentarnos a conversar con nuestros colegas todo el mundo estaba tan cansado del bombardeo que nunca pudimos ventilar nuestras emociones”.

Los periodistas, al igual que todos nosotros, son gente que están expuestos al dolor. Mantener este dolor dentro sin buscar canales para el desahogo tal vez prolonge el impacto emocional y lo empeore en el futuro. La necesidad de desahogar los sentimientos después de cubrir tragedias masivas es obvia, y el hecho de que este desahogo pueda producirse en una etapa temprana depende de la existencia de un consejero/orientador que se contrate para esta tarea. Otorgar orientación profesional como parte del paquete de beneficios para los empleados puede contribuir a la producción de un periodismo más sensible y convincente. Los periodistas, incluyendo a los free-lancers, deberían buscar y aprovechar la oportunidad de orientación profesional.

La noticia está en la calle. Hablar de ella con otros funciona.


Los Patrocinadores

The Dart Center for Journalism & Trauma, con sede en la Universidad de Washington es un centro de recursos y entrenamiento para estudiantes, educadores, periodistas y organizaciones de noticias interesados en temas relacionados con el periodismo y el trauma. El Dart Center reconoce y promueve la excelencia en el reporte de víctimas de violencia y entrena a periodistas en temas relacionados con trauma en colaboración con International Society for Traumatic Stress Studies.

The International Society for Traumatic Stress Studies fue fundada en 1985 por profesionales con el propósito de compartir información de los efectos causados por un trauma. Se dedica al descubrimiento y difusión de conocimiento de iniciativas políticas, de programas y servicios orientados a reducir a corto y largo plazo las consecuencias provocadas por el éstres traumático. Algunos miembros de esta organización incluyen siquiatras, psicólogos, trabajadores sociales, enfermeras, orientadores, investigadores, administradores, activistas, periodistas y otros más interesados en estudiar y tratar el éstres traumático.


Recursos

Fuentes de información usadas en este folleto:
Associated Press Managing Editors (apme.com); Dart Center for Journalism & Trauma (dartcenter.org); Institute on Coverage of Disasters and Tragedies/Writing and Editing Better Stories About Victims, 1997; International Society for Traumatic Stress Studies annual convention, 2001; National Press Photographers Association (nppa.org); Michigan State University; National Writers’ Workshop, Oklahoma City, 1999; and Poynter Institute for Media Studies (poynter.org).

Recursos Adicionales:
·
Associated Press Managing Editors
· Committee to Protect Journalists
· Covering Violence
· International News Safety Institute
· International Society for Traumatic Stress Studies
· Kurk Schork Memorial Fund
· National Center for PTSD
· National Center for Victims of Crime
· National Coalition Against Domestic Violence
· National Press Photographers Association
· Poynter Institute for Media Studies